miércoles, 19 de noviembre de 2025

SUSPIRA PROFUNDIS MEA ALMA

 


Suspira profundis mea alma
mira mi interior a la eternidad celestial

el caminar de la vida se estremece, 
vivencias en las que cada estrella
tiene un nombre.

Aquel árbol me cobija, 
aquel conejo me escucha, 
aquella voz suspira,  
profunda, 

a mi alma.

En esa oscuridad, 
aquella donde pocos entran,
donde el amor superficial
de muchos en verdugo sin amor 
se convierte, 


llegaste Tú.

Ser eterno, 
flor de Sion, 
padre de los sin padre,
en tus brazos 
oyes mis voces...

llenas mi vida.

Suspira profundis mea alma
en ti, 
existir, 
esperanza,
fe....

vida eterna.


Suspira profundis mea alma









viernes, 9 de mayo de 2025

¡HABEMUS PAPAM!: la historia que pudo ser diferente.

 



Con alegria veo las pantallas hablando de alguien que en mi vida significa bondad, ayuda, paciencia, amor y amistad.  Y aunque nuestra vida espiritual nos hizo tomar rumbos distintos, cada momento que compartimos son recuerdos llenos de  agradecimiento.  

Con esta noticia viene al caso recordar una poderosa anécdota de mi disloca adolescencia, de aquellos  tiempos en que el ocultismo, la ceguera satanista y la autodestrucción me llevaban a extremos de los que no me sentiré jamás orgulloso. 

El ahora reluciente Papa, servía como líder de la comunidad Agustina en la ciudad de Trujillo, Perú, en la zona de Santa María, en la cual vivía quien les escribe y tenia loco a todos con travesuras propias de la confusión en la que llenaba mi mente en esos tiempos distorsionados. y que no permitían tener paz a las acostumbradas jornadas de su feligresía. Para esto esas voces que oía continuamente me dieron una orden y procedí, en mi falta de conocimiento y discernimiento de esos tiempos,  presuroso a obedecerlas. 

¡Cual era la indicación de aquella noche? — ¡Llévate al padre Roberto al otro lado!.

Toque su puerta, pregunte por él y al sentarme mirándolo de frente sus ojos solo reflejaban paz, amor, compasión. Esa voz me retumbo en la sesera, —¡Ahora, llévatelo!. Mas cuando mi mente decía  que lo haría, mis labios solo expresaban un grito desesperado y exclamé: —¡Padre, ayúdeme!. Me mandaron a matarlo!—, él en su apacible y paciente forma de ser, me sonrió, se paro y me abrazo. El cuchillo calló y su sonido  solo fue la primera ruptura entre aquella voz y mi relación con Dios. 

Desde aquel día, la amistad con el Padre Roberto Prevost, aquel sin títulos, aquel humano, aquel que sonreía, se tomaba unas copas de vino, cocinaba junto a mi pizzas y arroz con salsa de picante cada noche,  jugaba Rummikub y me ayudo a terminar mi carrera en la universidad, se convirtió en el padre protector que siempre anhele, en el amigo que siempre me escuchó, en la primera persona que me mostró a Dios de verdad.  Y aunque nuestros caminos de distanciaron, la amistad y agradecimiento siempre quedaron en mi corazon. 

A pesar que el grito de ¡habemus papam!, para los cristianos nos es sinónimo de una eterna equivocación y mala interpretación bíblica. Quiero imaginar que aquella lejana noche, esa voz, me dio aquella misión  por una razón. 

Querido y recordado Padre Roberto. Dios le guie y haga de usted un Papa que marque la diferencia. Oraré por ti y el rol que Dios te dio en la historia de la humanidad.  

Meditando me pongo a pensar en aquel momento de mi vida que pudo cambiar la historia.




martes, 22 de abril de 2025

POEMA DE HOY

 

De  Abdul Whitemetal a Karen Monserrat



¿Cómo te prefiero?

sonriente...

mirando las estrellas a mi lado,

jugando a las cosquillas...


Corriendo Traviesa

tierna sobre el enojo.


¿Cómo te prefiero?

artista, 

soñadora,

juguetona entre risas... 


desnuda en mi pechera, 

risueña en mi sesera.


Quizás se ha dormido

esa niña de los cuentos.

Mas sigo buscando 

tu sonrisa en el sistema...


Como te prefiero...

aqui en mi corazon loco,

traveseando con el viento.


Toca el timbre... 

¡¡¡corre!!!

Escupe hacia abajo....

sonríe....


¿Llegaste?

Si.

A mi corazón.


Qanta munani.




sábado, 5 de abril de 2025

DIAL 777




Me imagino danzando entre arroyos suaves entre sonidos tenues entre brisas del interior de Dios.


Me imagino sin dolor
sin envidias
sin miedos
sin desrealizar la realidad...

Me imagino danzando
con mamá y papá
y sintiéndome
un niño por la eternidad.

¿Cuan distante estas oh Cielo?
¿Aun hay mucho que caminar?
mis zapatos agujereados
hablan con los callos
que el tiempo dejo.
Café, galletas de amiba
migajas de recuerdos.

Un poema mas
de mi intensa existencialidad
un suspiro de mi alma...
un eterno parafraseado
de mi interior


Danza conmigo Dios...

Sentado junto a ti
mirando la constelación
777
Un dial
una canción
una esperanza...

¿Me pasas la miel papito?

(Abdul Whitemetal)



martes, 4 de marzo de 2025

CUENTOS DE MI AMIGO IMAGINARIO parte I

 Comparto con ustedes un mini libro con cuentos nuevos y algunos recopilados para darle más cuerpo a esta aventura literaria. Comparto con ustedes "Cuentos de mi Amigo Imaginario"


CUENTOS DE MI AMIGO IMAGINARIO

Autor: Abdul Whitemetal

Introducción

       Érase una vez que mi amigo imaginario, me contó estas historias, diciendo que no eran reales en este lado, pero si lo fueron en su mente.  Érase una vez que el silencio le dio respiro a nuestra tierra y detenernos nos llevó de nuevo a mirar aquellos libros que habíamos olvidado,  a  volver a componer aquellas canciones que habíamos dejado de sentir, a retornar a escribir aquellas historias que habíamos dejado de vivir.

     Érase una vez que  alrededor de una fogata imaginaria, se contaron historias asombrosas sobre seres fantásticos y no tan fantásticos. Se escribieron historias entre sueños y hermosos niños pequeños. Se escribieron entre el adiós a los pañales, los juguetes parlanchines y las sombras de los ashukitos.

        ¡Mi amigo imaginario ha llegado!


Parte I

Aquel patio estaba silencioso, los restos de ese tiempo estaban aún latentes en el ambiente. Los niños exhaustos, reunidos en aquel lugar a medio iluminar, se miraban y sabían leer en sus miradas que algo tenían que hacer para que el aburrimiento no les ganara la batalla. El silencio incomodo lo rompió el doctor sonrisa, adivinen porque le decían así, ¡exacto! Por qué siempre sonreía y no paraba de querer ver a todos contentos y ayudarlos. Siempre les ayudaba cuando se caían o se sentían mal, era un niño muy vivaz, alegre y querido.  

— ¡venga tengo historias para contar!—, exclamó,  invitando a sus compañeros a acercarse. Y todos lo miraron con los ojos llenos de ese brillo propio de los que ven la oportunidad de algo nuevo y sonriendo se sentaron y le dijeron: — empieza.

Mirándolos satisfecho y medio serio a la vez, el doctor sonrisa, rápidamente se sentó, les invitó con señas a hacer un círculo prudente, y a atender profundamente. — Esto que a continuación os contaré sucedió en realidad, o quizás no. Poned las orejas bien alertas y los sentidos fuera de toda preocupación. — Les increpó con seriedad y barriendo a cada uno con una mirada misteriosa exclamó: — Abrid la mente, abrid el corazón y cada uno en su momento, con estas cinco historias que me conto, en su momento, mi amigo imaginario. Cuanto más real sea, mucho mejor. Sentaos bien, y no os mováis. Aquí os traigo la primera historia que ocurrió en mi hogar y vaya que fue asombrosa, como sé que lo serán las que le sigan. ¡Atended, atended!

El primer cuento es sobre la amistad, un conejo, un perro y el tiempo.

I
EL CONEJO, EL PERRO Y EL TIEMPO


El conejo estaba asombrado. Su reloj detenido no le hablaba, su tic tac constante ya no se oía y esto lo asustaba. El tiempo había parado.

De repente miró  alrededor y se dio cuenta que no era aquel bosque del que siempre se quejaba, en el que estaba… Era el patio de alguna casa, en algún lugar frio y con restos de alguna masticable y deliciosa fruta negra desparramados en el suelo. —¡Exploraré!, grito en su pensamiento, y  moviendo sus rápidas y acolchonadas patas, empezó a caminar.

Le llamo la atención aquella pequeña casa al final del inmenso patio y pensó:— ¡debe ser otro hermoso y buen concejo como yo!— Acercándose preparó su mejor sonrisa y dando un salto con estilo, se posó frente a la casa de madera y saludo con su mejor sonrisa —¡Holaaaaaa!, el señor Conejo el Relojero, para servirle.— Mas su sonrisa se volvió asombro, su rostro se entumió de susto y sus patitas se volvieron resortes, al ver que de la casa salía un gran perro, ladrando y corriendo a atraparlo con no muy buenas intenciones.

 El delirante conejo empezó a correr sin parar, sin saber a dónde llevar su conejoneidad, mientras el perro,  detrás de él, ladraba con la única intención de cogerle de la oreja. —Un hoyo, debo encontrar un hoyo. — Replicaba en su mente el angustiado conejo.  Y cuando sentía que el cansancio y la falta de un hoyo serian su último pensamiento, recordó. — ¡Pero si tengo el tiempo en mis manos! ¡Mi reloj en el bosque  hacia detenerse a las horas, los minutos y los segundos y aquí debe funcionar igual!

Tomando el mencionado artilugio, le dio un beso y le canto la canción del tiempo que  tanto le gustaba oír:

“Ya no corras tiempo lindo,

Ya no afanes tu camino,

Pues contigo, tiempo lindo,

Mi sonrisa es un cuento,

Y mi tiempo es tu tiempo.”

En aquel instante el tiempo sonriendo le respondió al conejillo: —Ese canto es un encanto, y a tu servicio me detengo. — El conejo suspirando exclamo —¡estoy salvado!— Y mirando  en su entorno, todo era un detenerse. Aquel can que lo seguía con la lengua fuera  no se movía. Cual estatua fría y sin vida, ni una pestaña retorcía.

El conejo muy contento empezó a acariciarlo y susurrando al oído le dijo —si moverte otra vez deseas, prometerme que no me comerás, deberás. — Y dudando y con miedo le canto de nuevo el tiempo:

“Corre ahora tiempo mío,

corre sin que nada te detenga.

Libertad es lo que tengo,

libertad es lo que tienes.”

El perro movió la cola y luego asombrado, observo al conejo y con la pata más inmensa le apretó de una oreja. —¿¡qué  me has hecho conejo travieso, que mis cuerpo era una estatua, pero en mi interior oía tu chillona voz!?— El conejo forcejeando respondió rápidamente —Sólo el tiempo he detenido para no ser comido. ¿Hay en eso algún delito,  mi estimado cancerbero?— El perruno desorientado analizó la respuesta del astuto conejo y replicó —pues, creo que no. Tan sólo tu vida decidiste salvar y lo lograste.

Y extendiendo su pata de nuevo, le saludo — Morita me llamo. Para servirle señor Conejo El Relojero. —

El conejo sonriendo, una venia le entregó y con el ceño fruncido, mirando alrededor le pregunto: — Este mundo está muy frio, se huele pena en el ambiente ¿Qué paso?.

— ¿¡Está historia que tiene que ver con la amistad!?— Interrumpió la doctora Impaciencia (si, era la niña más impaciente del barrio) al doctor Sonrisa. A lo que este increpó con una mirada seria: —No interrumpa damisela que aquí viene lo que usted consulta—  y mirando a todos dijo —no volváis a molestar con fastidiosas impaciencias por favor. ¿En  que estaba? ¡A sí!.

El conejo intrigado por un mundo detenido, frio y triste, consulto a Morita, cuál era la razón. A lo que esta respondió: - Las peleas conejo tontillo, más peleas entre humanos. ¿Acaso no sabes de ellas?

Rascándose la cabeza el conejo respondió: —pues no. Donde vivo todos nos llevamos bien, nadie busca hacerle daño a nadie y nadie jamás se pelea. Todos vemos por los otros y nunca dudamos hacer el bien al vecino y menos buscamos hacer daño a nuestro entorno. Por cierto ¿por qué se pelean los humanos?— El perro  asombrado miro al conejo y botando unas lágrimas le dijo: —Un humano no quiso compartir sus cosas, y otro se enojó y hoy todos están peleándose en esta casa. El conejo entristecido miro el cielo y susurrando increpo: —cuando no el humano y su egoísmo. ¿Tan difícil es comprender que compartir sin pelear hace más divertido todo?

Morita se sentó y meditó: —Razón tienes mi amigo conejo y es muy triste situación, mas mi corazón pregunta al tiempo ¿entenderá esto el hombre alguna vez?

El tiempo oyendo la pregunta salió del reloj del conejo relojero y respondió: — siglos van y siglos vienen mi perruno compañero, más el hombre nunca entiende la razón de su dolor. Busca todo para él, no comparte con su entorno, no le importa su vecino y menos oír a quien es sabio. Siglos pasan y siglos vienen y siempre es la misma historia. La humanidad es muy peleona.

Don Conejo y Morita junto al tiempo embelesados, mirándose las caras, se abrazaron y el conejo ya extrañando su hogar lejano, invito a don perruno a que se viniera a vivir con él y le pidió al tiempo les llevara a casa. 

Morita muy contento le pidió un momento y entrando a la casa de los humanos les miro, les movió la cola y salió corriendo.

—Sé que los humanos superarán este lio. ¡Vamos conejo!

Y cantando los tres nuevos amigos en un hoyo se metieron.

Fue la última vez que vi a mi perro.


CUENTOS DE MI AMIGO IMAGINARIO
Autor: Abdul Whitemetal

Continuará...





domingo, 4 de diciembre de 2022

LA ROSA ATRAPADA EN SU ROSAL Y EL CABALLERO PERDIDO


La tormenta de arena le cegaba, lo asfixiaba, no le dejaba ver más allá de sus pies. Cansado sólo anhelaba detenerse a descansar, anhelaba un final, anhelaba encontrar paz. En su caminar,  en algún momento sin darse cuenta había perdido el rumbo y su brújula lo llevó a lugares inhóspitos de extrañas formas y desconocidos parajes… Si, definitivamente estaba perdido.

La guerra en el reino interior lo había llevado a batallas interminables que terminaron  empujándolo a lugares tan distantes que muy poco podrían conocer alguna vez , que él mismo se había perdido. 

Días, meses, años y solo una tormenta de arena lo conducían a la nada …¿En qué momento llegó aquí? no lo recordaba. 

Su mascota, una alegre panda bebe, siempre le empujaba y le decía -¡sigue, sigue, falta poco!. -¡poco para que! replicaba el caballero perdido y la  panda sólo sonreía.

De repente oh!, a la distancia se veía el cerco de un inmenso jardín al que entro y al contemplar los hermosos arboles quedó deslumbrado. Aquel jardín además tenía grandes manantiales, hermosos nevados y montañas que brillaban en oro… Era un paraíso único… 


Caminando vio que al centro de este oasis, surgía un salar que se unía con el cielo y juntos formaban un manto de belleza singular y en medio de este, un rosal espinoso, circular, enmarañado se erguía infranqueable. Al acercarse, miro que en su profundidad una rosa hermosa, bella, deslumbrante dormía. Parecía estar en un larga espera, anhelando que llegue el dia que alguien la libere de ella. 

Sacando su espada decidió abrir aquella prisión y sacar a tan hermosa contemplación. En ese instante surgió de entre las espinas un  red skull  ( rey de los malvados,  con rostro rojo y una profunda y disfrazada perversidad)  que no dejaría que su tarea fuera tan fácil. La infanta panda, saltó sobre él y le mordió la nariz, mientras nuestro héroe, ante tan oportuna ayuda, le atravesó el corazón sin titubear Y Red Skull, agonizante, grito y los espinos desaparecieron, dando paso libre hacia aquella rosa dormida, que cual Blancanieves en espera de su príncipe, descansaba sobre un bloque de fulgurante sal.

Al contemplarla el caballero quedó enamorado a primera vista, miró al cielo y dando grandes voces exclamó -¡levántate!

Aquellos grandes ojos clamaron su ansiedad y sus manos acariciaron su rostro. La rosa había esperado siglos por un caballero y el caballero había esperado a quien le enrumbe al cauce de su camino y dejara de sentirse perdido. Ese día había llegado y le siguieron atardeceres mirando al sol dormir dando paso a un cielo estrellado en su casita de sal.

Así se  escribió el principio de la leyenda de la rosa atrapada en un rosal y el caballero perdido.
(Continuará)