martes, 18 de marzo de 2014

CAMINANDO

Caminante que cansado andabas...
caminante que sin respiro buscabas
ese lugar que estaba escrito
en lo profundo del laberinto.
Aquel laberinto de tus propios gritos,
aquel laberinto de tus sueños rotos,
de tus sueños reales.

Sufrimiento y alegrías,
errores y certezas.
Escribiendo en la corteza
de una rama caída,
Él marco mi vida,
Él sembró mis sueños,
mi realidad,
el camino por que andar.

Y en el ocaso de un existir
soy mas joven.
En lo que tú llamas fenecer,
estoy mas vivo.
Respiro la experiencia
y exhalo una sapiencia
que sólo entienden los de mirada sincera,
los de corazón sin manchas,
sin tierra, sin odio...
sin venganza.

Caminante que cansado andabas...
Sigue ese camino que angosto lleva...
hacia la luz eterna,
hacia tu locos sueños.
Caminante que cansado andabas...
cuéntame el anhelo
que mato tus penas.